miércoles, 15 de junio de 2011

"No existen" (4° 11 vs 4° 1 y 2)

4° 1 y 2
GG   5
Guido ☻
Agus  ☻
Seba ☻
Torchia ☻
Fede ☻
Nacho 7
Sasha ☻
Ariel ☻

4° 11
Iñaki 3
Lioni 4
Leon 5
Facu 5
5      3
Juani F  7
Emilio 7
Mansilla 7
Sisco 8


En la previa, me preparo a cubrir el tercer o cuarto partido del día. No me dan respiro entre el final de uno y el principio del otro así que tengo que caranchar algunas formaciones. Temperatura tendiendo a fresco, ya se está yendo el sol. La moneda nos dice que a la derecha se para la once, de casaca negra y verde y a la izquierda la primera y segunda de no mucha fama, como buena división de la mañana, de casaca azul y blanca. En lo personal, no sabía que esperar de estos últimos muchachos. Por eso, le pregunto a Lioni que estaba particularmente empilchado: con gorrito, campera y manos en los bolsillos, como sobrando el partido, nos regala otra frase: "no existen". Creo que si a los muchachos albicelestes le ponemos un empate arriba de la mesa lo firman como sea.
El juez dispone y arranca el partido con una leve tendencia a hegemónica dominación de los nocturnos que van sumando llegadas tibias al área de los de la mañana que aspira a una buena defensa.
No se crean que pasó mucho tiempo y yo me colgué, no, no. Pocos minutos fueron los que duró el planteo tristón de la mañana. El que lo tiró abajo fue Sisco que en tres cuartos de cancha recibe un pase que para cualquiera significaría pararla y tocar pero en cambio da un par de pasos para atrás, la pelota repiquetea en los pozos de la cancha y le entra con sus viejas topper de primera. La pelota busca el arco a velocidad de globo aerostático y el arquero se queda mirando sorprendido de lo que acaba de hacer (como el resto de la cancha). En los centímetros finales el globo se pincha y se transformar en el primer gol de la verdinegra.
Por supuesto, una vez arriba, Lioni empieza a sobrar el partido: trata de amagar desde el fondo y pierde siempre. Los compañeros no le tienen mucha paciencia pero no lo putean tanto como el partido pasado; están relajados, saben que ya ganaron. Es es caso del conductor Emilio, también que anda más pajero que el otro partido pero toca siempre seguro y al pie, al menos que le den lugar para el bochazo medido.
En otra de esas, y acá es donde me pregunto cuánto es de mala leche para la primera y segunda y cuánto es de muertos, Juani, el pichichi de cuarto, prueba el buscapie, el centro gol, fuerte abajo. En la trayectoria nadie la desvía, pasa limpita por el verde césped y pidiendo permiso se mete cruzada bajo los tres palos. El muchacho viene picante.
Ya tirando a la violación anal los muchachos de la once se divierten. Emilio llega al borde del área y nos muestra una de su repertorio, pisadita primero y después sombrero como en el primer partido. Ocho para el lítico en donde también quiere dar la vuelta. Después de esta, los muchachos de la mañana más despiertos le ponen una marca personal. En la primera prueba de efectividad, o en la primera jugada que tiene Emilio con esta recientemente designada marca personal, la elude fácilmente, corre y desborda, llegar al área y abre el pie para definir con borde interno. La pelota va muy al medio y tapa bien el uno al córner.
El número cinco de la verdinegra pide un tiro libre y la cuelga al patio de Doña Hilda. Siete para el rústico.
¿Realmente quieren un análisis del partido? Es todo de la once. La posesión, las jugadas, la pelota parada, HASTA EL RÚSTICO. Los de la mañana no pegan, no meten mucho, no pueden sacar la contra. La única vez que pasaron la mitad fue con los saques del medio. Iñaki, espectador de lujo. En realidad ni de lujo porque el partido se juega bastante lejos de donde está él.
Y entonces cuando Mansilla busca su gol. A partir de un desborde solidario por izquierda, toma un buen pase y entra al área. El arquero toma la iniciativa y sale a apurarlo y comerle los pies. Seba demuestra que está a la altura de las circunstancias y hace lo que un buen nueve: espera y le mete Topper bien abajo a la pelota para definir medido y justo sobre una salida desesperada. Sus compañeros lo felicitan.
Para coronar el primero, Emilio cruza un bochazo que encuentra a Fainberg, que remata a gol, pero el uno tapa bien.
Los muchachos de van a tomar agua y cambian de lados para el segundo. El juez antes de empezar mira a cada arquero y espera la confirmación, el pulgar levantado, alguna seña que le indique que puede arrancar sin problemas. Es cuando la once muestra la gran falla del equipo: cuando el juez gira la cabeza para la derecha  y grita "arquero". Iñaki responde "¿qué?". Triste.
Al principio las intenciones son las mismas, y lo que pasa también. Sisco se divierte y tubito: siete para el lírico. Mansilla prueba una asistencia mágica con el taco para el compañero que entraba por la izquierda, pero no entiende la jugada y la redonda se pierde. Bien la intención.
Todavía de la primera y segunda no vemos nada. En una de esas, Emilio lo deja solo a Mansilla con un buen pase y el uno tapa bien ante el intento del nueve. No conforme, el lírico agarra la bola jugada más tarde y la maltrata. A pura potencia y amague para a tres conitos jugadores de los mañaneros y entra al área mano a mano con el pobre arquero que no tenía la culpa. Define sin presión, cruzado abajo, con mucha seguridad de que la pelota iba a ir adentro: otro gol para la once.
Entonces, como cuando se van para el colegio bien temprano, la división de la matina se empieza a despertar de a poquito. Se ve que alguien le avisó a Nacho que se estaban comiendo cuatro y que esto era un paseo porque el pibe agarró la pelota y empezó a desbordar como un loco. Consiguió la primera llegada para su división y ya después de algunos intentos un lindo gol para retocar el marcador. Si no me creen, fijensé: el pibe terminó acalambrado de lo que corrió.
Como para rellenar espacios y contar cosas intrasendentes Iñaki tapó un mano a mano en una de esas llegadas fugaces y Mansilla desperdició una linda jugada de cabeza.
C'est fini. Para la once, un trámite, para la primera y segunda, el partido del grupo en el cual perder uno a cero es un buen resultado. Nacho, figura para el equipo, demostró actitud en tiempos difíciles pero, desde el desconocimiento, me parece que a los muchachos les falta mucha cindor para aspirar a algo serio.
De la once no se puede decir nada más que el exceso de confianza puede ser peligroso y que el puesto del arquero define campeonatos. A revisar por ahí y seguir sumando.

Declaraciones: cuando encuentre el cable de mi celular


Informó desde Otawa, para El Gordo Balón, Seba Pasarín.

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