domingo, 29 de mayo de 2011

Se viene la noche (4° 11 vs 4° 12)

4° 11
Pato No tuvo mucho trabajo
Facu 5
Lioni 6
Iñaki 5
Leon 6
Juani (3) 10
Emilio 9
Sisco (1) Merece 7 pero le ponemos 4 por lo del caño y por no pegar
Mancilla 5


4°12
José ☺☻
Mateo 5
Pablo 4
Petrillo
Ciro 5
Gatti
Mariano 4
Terranova 5
Ausente



Mientras veo el partido de Velez, sigo disfrutando de los 235 goles de Martín y espero que el Lechuga me de una alegría, me como unos panes con manteca y me dispongo a enteder mi letra y reconstruir EL partido de cuarto noche. Antes que estudiar Zimerman, cualquier cosa.
En la previa, “el clásico nocturno”, pinta como el partido de la fecha de cuarto. Por un lado, bisubcampeones de casaca naranja y negra, por el otro, la 11 de una bastante fea camiseta negra y verde, bien armada. Supimos de alguna apuesta de una coca entre Sisco y Mateo, pero no podemos confirmarlo. ¿Hinchada? Lanuza, Obregón y Mariano, que me van ayudando con los nombres de los players.
La once a la derecha, la doce a la izquierda. Pitaaa entonces el juez y mientras escribo esta línea Denis transforma en gol el penal a favor del matador. Dos segundos de poseción fueron suficientes para los naranjinegros que perdieron la pelota sin poder dar el segundo pase, determinando lo que sería una tendencia del partido. Tengo que comentar que nunca vi un equipo que se parara tan atrás y tal mal al mismo tiempo: la línea defensiva de la doce (unos cinco muchachos no tan chotos, entre ellos el central de FICDA) estaban en el área propia, reboleando todo lo que le llegaba, sin pretender un solo pase. Arriba, Terranova solo, solísimo, no podía hacer nada. En una de esas, Petrillo se complica con la salida y la pelota termina en el corner. Corner que recibe Emilio -que se distinguió de sus compañeros por tener una casaca de San Silencio marcando, como en el volley, que era el armardor-, en el área y envia un potente derechazo a domicilio que pasa de largo, ante la atentísima mirada de los defensores del cítrico (o amargo) naranjinegro. La tendencia se profundiza: Petrillo y Mateo, los mariscales, se sacan la pelota y la presión de encima. Nadie quiere dar la cara en el momento difícil y la tocan entre ellos, hasta que llega un rival y rebolean y la sacan a un costado. Como si esto fuera poco, el uno de la doce es el chivo expiatorio: se cansaron de putearlo, sus propios jugadores, por nada. Triste.
Mientras, Emi, San Silencio, no cumple no la ley y rebolea la tercera pelota que le cae en los pies arafue. Abajo y cruzado, fuerte y desviado.
Aplaudimos, a continuación, el valor que demostró Gatti de la doce, que puso la pelota en la puerta del área para hacer uno de los saques de arco, destituyendo momentáneamente la presencia y la capinía de los centrales de la doce. Lástima que la pelota haya descripto una parábola que, aunque pruebes doscientas veces más, no vas a poner hacer de nuevo, y haya terminado en el lateral antes de mitad de cancha. Se gana un huit para el rústico.
Y como si esto fuera poco, una vez que le llega la pelota en la mitad de la cancha (si tenemos en cuenta que la cancha es de la mitad para la izquierda), la PISA y termina en el sopi. Mateo repara: fau y directo para la once, cercano al área. San Silencio pide y todos acuerdan. Acomoda y le da. La pelota casi entra por la ventana del no muy afortunado auto que pasaba justo por la calle de atrás. No es que anduviera muy calibrado, pero por la camiseta que tiene, nadie le pide más.
Postal de la primera parte: la doce enquistada en su área, la once presionando mucho y bien adelantada. Es entonces cuando Petrillo y Emilio se ven las caras, chocan, rozan y con ellos un estilo de juego; gana el habilidoso, claro, que después de pasarlo fácilmente al férreo central, levanta la cabeza y manda a volar un preciso pase a Sisco, que entra como una topadora por la derecha ganándole la espalda al círtrico tres y acaricia el fulbo con su topper blanca gastada; un gol con mucho poder rollinga. El festejo con un gorrito tilcareta y el marcador, que ni así respresenta el partido que se estaba jugando, se pone uno a cero para los verdes.
Y es entonces cuando la doce se acuerda que el que hace más goles ganas y tienen dos o tres jugadas pero son demasiado dependientes de Lucas que no podemos decir que esté en su mejor día. En una de esas la pelota se pierde por la banda derecha de la once y el juez, de correcto partido, marca lateral para la doce. Como la jugada no prometía mucho, me puse a charlar con los muchachos que miraban el doparti, pero me incorporó inopinadamente un desafiante, respetuoso y muy chillón “no señor, no” de Lioni, el cuatro de la once, rubio, voz de pito, que no estaba muy contento con la desición del colegiado. Toda la cancha se rie. Cuando les pregunto a los muchachos que miran el partido quién es este pibe, se rien también. “¿No es el crack?” Les pregunté, por el buen partido que estaba jugando, y Mariano me explica que es porque está usando su camiseta.
Fíjense cuantas cosas importantes que pasaban que mis anotaciones dicen que el uno de la doce le rompió la trucha de un pelotazo que pretendió ser un saque de arco a Petrillo y el saguero le contó desde el piso la cantidad de cosas que era la mamá del uno y él mismo. Pobre pibe, encima no le contesta nada. Tampoco es que tenga mucho que decir. El uno de la naranja que no es mecánica, se redime con un saque de arco de arriba, el primero que logra levantar más alto que las rodillas y más largo que el área misma y todo el equipo aplaude.
San Silencio sigue manejando los hilos de la doce en base a buen juego. Centro para Mansilla que engancha el fulbo que se pierde cerca. No así Ricky Álvarez que clavo un lindo pijazo para los putos de Vélez. Bueno, por suerte, si el de hace dos segundos de Ricky Álvarez fue un pijazo, lo que acaba de hacer Gastón Diaz es una perforación anal.
Volviendo al partido, Cañonero, de la doce, intenta e intenta, sin mayores resultados. Pero se aplaude el esfuerzo. Lioni entra al partido nuevamente con un sútil sombrero. Se nota que es cosa seria este muchacho. La cagada fue que la bajó con la nariz: por eso le bajamos algunos puntos. Siete para el lírico.
El segundo tiempo arranca con una linda burrada. Se ve que el arquero de la doce no leyó el reglamento antes de venir o es la primera vez que entra a una cancha de fútbol. De un mal pase de algún jugador de la once este muchacho regala un tiro libre indirecto adentro del área. ¿Cómo? Le llega la pelota y la agarra. Hasta ahí todos tranquilos. Acto seguido la suelta y todos mirando qué iba a hacer, a qué se debía semenjante atrevimiento. Capaz que salía jugando. Por eso, Petrillo, previniendo la situación, le pregunta qué estaba haciendo, en términos no tan amables. El uno lo mira y entiende que fue un error soltar la pelota, entonces la toma de nuevo. Para la próxima: http://www.arbitrosdefutbol.com.ar/preguntas_y_respuestas_06_esp.pdf
Obviamente San Silencio se hace cargo, mete mucha gente en el área pero toca la redonda para el once de la once que abre el pie. Entra abajo al primero, el segundo.
Acá el partido se hace muy desordenado y bastante aburrido. La doce se juega un poco más y eso hace que los equipos queden muy abiertos. El cinco de la once se proyecta por la derecha (ni él lo puede creer) y se choca con la realidad: no puede correr ni el colectivo. Gana la poseción el tres de la doce. Pero lejos de conformarse con esto y pensando en que tenía que volver a marcar el cinco de la once le pega un empujón. Pequeño detalle: se cae él. Bien pibe, bien igual.
Emilio y Sisco ven que entrar por el lado de Mateo (de buen partido) es mejor que por el lado de Petrillo. Por lo menos saben que van a conservar las canillas. Y Mateo no es que pueda hacer mucho contra dos: lo vuelven loco todo el segundo tiempo.
Una vez pasados los primeros minutos, la once mostró pasajes de muy buen juego. Tocando y cambiando la bocha, haciéndola llorar. Todos participan del circuito de juego: de Lioni, hasta Mansilla. Emilio Sisco y el número once se destacan por manejar la bola. Es este último que concluye una de estas buenas jugadas con un lindo fierrazo que saca bien el uno de la doce. Es cosa sería, atento todo cuarto, la doce promete. De ese buen corner tirado por San Silencio entra Lioni en el área chica y despeja en vez de cabecear al arco solo, la bola. Esto pasó una cinco veces en el segundo tiempo.
La doce ya ni marca: impotencia y resignación. Saben que perdieron y que no son equipo para la once. Es entonces cuando, aprovechando la situación, del homónimo de la once sale un balazo que pide ángulo y se lo dan: golazo para el once disfrutado por todos.
De parte de los cítricos, Ciro demuestra y mete a la doce de vuelta en el juego con una bomba que da en el travesaño.
El premio chenemigo: Sisco la para en el corner, y ganando TRES A CERO, en una ataque para la once, prueba un caño entre displicente y pedante, ante la marca de Mateo que es un buenazo. Yo, lo parto en dos por guarango. Hacía tanto frío que el arquero de la once se había puesto una campera para atajar. ¿O será que la doce era un poquito triste? El colega de la doce no para de despejar pelotas al corner, no pueden pedir más.
Es entonces cuando los de la doce tiran un corner: corner mal tirado, gol cantado. Encima la pelota le cae justo a San Silencio, que leche querido. Saleeeee la contra para los verdes, Emilio toca para Sisco que la rebota; linda pared. Llega el cuervo al límite de la cancha, al borde del área y parece que todo va a terminar en un córner en el mejor de los casos, cuando nos regala, en primer plano, una pisadita hermosa: la levanta con el borde exterior del pie, metiendo un lindo sombrero y llevándose el premio lírico. Lo demás, sobra. De puro diez, una vez en el área, ve llegar al once que entra como topadora y mete el cuarto. Siempre bien ubicado, olfato de gol, hard trick y pelota para el volante.
Al final, una peleíta entre Petrillo y Sisco que no termina en bife. Se le baja varios puntos a ambos por no alegrarno el informe. La once jugó, goleó y gustó. El equipo promete en todas las líneas. Si no me decían que la doce fue dos veces subcampeón yo les ponía el rótulo que le cabe a tantos: equipo mediocre que rellena las olimpiadas para que se entretengan los que saben.

Informó desde Rēzekne, para El Gordo Balón, Seba Pasarín.

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